{{title}}
{{buttonText}}

Los Reales Colegios

Tortosa, Tarragona

Compartir

Fuera de la burbuja cortesana que ostenta el poder de la realeza del Medievo, en el s. XVI, el saber, que es poder, era patrimonio masculino y religioso. En ese momento, Tortosa era una de las ciudades más importantes de Cataluña y tenía un Colegio para la formación de teología a monjes dominicos. Libre ya de la influencia morisca, quiso el rey Carlos V que hubiera otro nuevo colegio, dedicado a la formación y el estudio, para los nuevos cristianos. Y se construyó al lado del que ya estaba. En adelante, se conocerían como Los Reales Colegios de Tortosa y serían el germen de los futuros estudios universitarios (auspiciadas por muchos monasterios, nacerían las primeras universidades). En la ciudad, aparte de Teología, ya se podía estudiar Filosofía y Arte.
El conjunto estaba formado por tres edificios: el Colegio de San Jaime y San Matías, el Colegio de Santo Domingo y de San Jorge, y la iglesia de Santo Domingo. De ambos colegios destacan los patios interiores, de estructura cuadrada, con dos plantas de hermosos arcos, y en el centro un pozo de agua. Sería el lugar solaz y de esparcimiento para los estudiosos del recinto; descanso interior bajo la mirada de todos, puesto que las galerías porticadas circundan el área del patio. Afuera, en la calle, vedada para los aplicados novicios, bulle con fuerza un mundo que se expande. Lentamente, la oscuridad del Medievo alumbraba las luces del conocimiento y del saber. Otro mundo nacía.

Localización

Carrer de Sant Domènec, 12, 43500 Tortosa, Tarragona