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Rutas en autocaravana por El Camino de la Costa

El Camino de la Costa en el País Vasco

Actualizado: 04/09/2015

Existen casi tantas rutas para hacer el Camino de Santiago como motivos para recorrerlo. Entre todas ellas, el Camino de la Costa es uno de los itinerarios más tradicionales y transitados. La ruta recorre el litoral guipuzcoano y culmina en la zona occidental de Bizkaia, ofreciendo a los peregrinos algunos de los mejores paisajes de la tierra vasca. Aunque hacer la ruta a pie o en bicicleta nos permite saborear cada rincón del Camino, el itinerario puede hacerse también por carretera: más cómodo y con las mismas panorámicas de película.

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Desde Irún, en la frontera con Francia, hasta Pobeña, en la entrada a Cantabria, el Camino de la Costa permite descubrir un nuevo Euskadi. Una ruta llena de alicientes, entre ellos el gastronómico, que recupera la tradición de los reyes europeos que peregrinaban a Santiago de Compostela y querían evitar los territorios donde todavía se libraba la Reconquista.

Puente Internacional de Santiago. / Cedida por: Bidasoa Turismo
Puente Internacional de Santiago. Foto cedida por: Bidasoa Turismo.

La ruta comienza en Irún, en el Puente Internacional de Santiago, con una preciosa vista sobre el río Bidasoa, que nace en los montes de Navarra para desembocar en la espectacular bahía de Txingudi. La ciudad nos ofrece multitud de lugares interesantes para visitar así que lo más recomendable es dar un tranquilo paseo dejando que cada callejuela de su casco antiguo nos sorprenda, por supuesto, sin perdernos la iglesia del Juncal, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional.

Desde aquí podemos enfilar hacia Hondarribia, una pequeña población a los pies del Monte Jaizkibel, el más alto de la cornisa cantábrica. A continuación encontraremos Pasai Donibane y Pasai San Pedro, dos pueblos pesqueros cuyas calles estrechas y adoquinadas guardan un gran encanto.

Monte Jaizkibel.
Monte Jaizkibel.

Nuestra siguiente parada será la capital guipuzcoana, Donostia, que presume de tener uno de los mejores parkings de autocaravanas de Europa. La ciudad merece que aparquemos aquí durante un mínimo de dos días, porque éste es un lugar que hay que recorrer sin mirar el reloj. La playa de La Concha, el Kursaal y el casco viejo nos cautivarán sin remedio alguno. Una buena forma de disfrutar de esta ciudad es contemplarla desde el monte Igueldo, donde existe además un parque de atracciones con más de cien años de antigüedad.

De Ondárroa al interior de Bizkaia

Tras dejar Donostia, el camino prosigue hasta llegar a Zarautz, villa marinera donde los aficionados al surf encuentran su propio paraíso. Bordeando el litoral seguiremos disfrutando de unas vistas espectaculares de la costa vasca, siguiendo la carretera serpenteante que nos llevará por los pueblos de Getaria, Zumaia, Mutriku y Ondárroa. En cualquiera de ellos podemos hacer una parada para reponer fuerzas y disfrutar del encanto de los pueblos pesqueros vascos.

A partir de este punto, la ruta gira hacia el interior, llegando a Gernika, la mitad del camino. Esta población, inmortalizada por el famoso cuadro de Picasso, merece la obligada visita a la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika, bajo el que jura el cargo el lendakari vasco. De aquí partimos hacia el gran Bilbao.

El Puente Colgante, vigilante de la ría de Bilbao

Aparcamos de nuevo la autocaravana en el parking de la ciudad, en el monte Kobetas, para poder disfrutar durante un par de días de la amplia oferta de ocio y cultura de Bilbao. La basílica de Begoña, el Teatro Arriaga y, cómo no, el Museo Guggenheim, son algunos de los lugares que no debemos perdernos, junto con un paseo entre sus casas señoriales y parques.

Museo Guggenheim Bilbao.
Museo Guggenheim Bilbao.

Salimos de Bilbao hacia las ciudades industriales de la margen izquierda de la ría del Nervión, Barakaldo, Sestao y Portugalete, donde veremos el Puente Colgante o Puente de Bizkaia. Se trata de una pasarela peatonal de hierro, colgada a 45 metros de altura, que une Portugalete con Getxo. Es una obra Alberto Palacio levantada en 1893 y declarada Patrimonio de la Humanidad.

Emprendiendo la recta final de nuestro viaje llegamos a Muskiz, el municipio ubicado en el punto más occidental de la costa vizcaína, que limita por el norte con el Cantábrico. Desde aquí, vale la pena ascender hasta Pobeña, que cuenta con la única playa natural de la margen izquierda, La Arena. Sus acantilados anuncian la cercanía de Cantabria y el final del Camino de la Costa por territorio vasco.

Con el Camino terminado, tendremos la satisfacción de haber descubierto una imagen única de los paisajes vascos. La ruta además, es una buena excusa para degustar la exquisita gastronomía de Euskadi donde, al margen de tomar infinitos pintxos, a cada cual más original y sabroso, podemos visitar algunos restaurantes emblemáticos de la alta cocina vasca como Kokotxa, en San Sebastián (Campanario 11; 943 421 904); Zallo Barri, en Gernika (Juan Calzada 79; 946 251 800); y Zortziko(Alameda Mazarrero 17; 944 239 743) y Aizian (Lehendakari Leizaola 29; 944 280 039) en Bilbao.