¿Cuáles son las webs y apps de Repsol?

Si tienes una cuenta en cualquiera de ellas, tienes una cuenta única de Repsol. Así, podrás acceder a todas con el mismo correo electrónico y contraseña.

Waylet, App de pagos

Repsol Vivit y Ýrea Cliente de Luz y Gas

Pide tu Bombona y Pide tu Gasoleo

Box Repsol

Guía Repsol

Repsol.es y Tienda Online

Ýrea profesional Mi Solred

Compartir

{{title}}
{{buttonText}}
Qué ver Ciudad Rodrigo patio catedral

Pueblos bonitos de Salamanca

10 joyas salmantinas para descubrir este otoño

Actualizado: 22/09/2025

Salamanca es mucho más que la grandiosidad de su capital. La provincia esconde maravillosos pueblos, joyas de piedra y madera que conservan el sabor de la tradición y la belleza de lo auténtico. Desde la Sierra de Francia hasta la Tierra de Peñaranda, cada localidad ofrece una postal única, un viaje a través de la historia, la arquitectura popular y los paisajes que han inspirado a poetas y caminantes. 
/content/dam/repsol-guia/contenidos-imagenes/promociones/cambios-banner/cintillo-banner-cromos.png
¡Juega y gana con los Cromos!
Ver Cromos

La provincia de Salamanca condensa en su territorio auténticas joyas rurales en las que disfrutar de la esencia de sus gentes y sus tierras. En esta selección de pueblos bonitos de Salamanca, las casas de entramado de madera, las plazas porticadas y los monumentos que atestiguan siglos de historia son una constante. Hemos buscado aquellos lugares que te invitan a perderte sin prisas, a disfrutar de su gastronomía y a conectar con la esencia de Castilla y León. Desde villas fortificadas hasta pueblos serranos, esta es nuestra guía para un viaje inolvidable por los secretos mejor guardados de Salamanca.

1. Mogarraz

Desde que Florencio Maíllo convenciera a las autoridades de Mogarraz para acometer su proyecto artístico Retrata2-388, esta localidad de la Sierra de Francia se ha convertido en una de las más visitadas de toda la comarca. El motivo salta a la vista nada más se comienza a pasear por sus calles, donde el tiempo parece haberse detenido décadas atrás: 388 rostros saludan a los turistas y vecinos que transitan. Grandes retratos decoran las fachadas de las casas de Mogarraz, representando la propia historia de la localidad, pues son las mismas fotografías que se emplearon en el año 1967 para ilustrar los DNI de los vecinos antes de la emigración masiva que experimentó el municipio. Un relato viviente que suma encanto a uno de los pueblos más tradicionales de este rincón de la provincia, donde las brasas de las chimeneas y el olor del cabrito lechal son los aromas más representativos.

Mogarraz, Salamanca
Los rostros de los vecinos del pueblo decoran las fachadas de las casas. Foto: Hugo Palotto.

2. Candelario

Las callejuelas empinadas de Candelario son un laberinto de postal en la ladera de la sierra salmantina. Aquí, el agua de las nieves derretidas discurre a través de un entramado de regaderas que se despliega por el casco antiguo, poniendo a prueba la atención de los caminantes y llenando de vida cada rincón. El carácter del pueblo se respira en su arquitectura, con sus casas de grandes balcones que atestiguan la tradición chacinera del lugar, y sus curiosas batipuertas, esas medias puertas de madera que protegían las entradas de la nieve y los animales. Las notables cuestas sobre las que está construido el pueblo ponen a prueba la resistencia de las piernas, pero cada paso merce la pena en un entorno como este. La Asunción y la tranquila ermita del Cristo del Refugio son dos dos paradas imprescindibles en un recorrido que te invita a perderte entre sus callejuelas y descubrir la esencia de uno de los pueblos más encantadores de la Sierra de Francia.

3. San Martín del Castañar

Las casas de entramado de madera y los floridos balcones que decoran San Martín del Castañar dan la sensación al turista de estar entrando en una especie de decorado de cuento. Perderse por sus callejuelas y respirar la esencia de la tradición serrana es una obligación en este territorio, donde el encanto no reside únicamente en su arquitectura, sino en pararse a apreciar rincones que son pura historia como la Plaza Mayor, el puente romano y, especialmente, el inusual castillo medieval que alberga en su interior un cementerio. La visita se completa con un paseo por su entorno natural, un auténtico paraíso para los sentidos, donde sobresale el mágico Bosque de los Espejos, un lugar de ensueño donde arte y naturaleza se entrelazan para crear una experiencia inolvidable. El otoño, con sus tonos dorados, es el momento perfecto para capturar la belleza de un lugar que, sin duda, te robará el corazón.

Cada rincón del pueblo rezuma tranquilidad

En San Martín del Castañar la vida pasa con otro ritmo. Foto: Manuel Ruiz Toribio

4. Ciudad Rodrigo

Si hay un lugar en el que trasladarse y sentir en primera persona los episodios medievales de la provincia, ese es Ciudad Rodrigo. Su imponente muralla abaluartada, que se extiende alrededor del centro histórico, es el testigo silencioso de siglos de batallas y asedios dado su carácter fronterizo con Portugal. Adentrarse en su casco antiguo es una delicia, ya que cada calle empedrada desvela un tesoro arquitectónico que abarca desde el medievo hasta el barroco. El corazón de la ciudad late en su plaza Mayor, con el Ayuntamiento presidiendo las terrazas, un lugar perfecto para hacer una pausa. La visita no estaría completa sin explorar la Catedral de Santa María, una joya que fusiona el románico y el gótico, ni el Castillo de Enrique II de Trastámara, cuyas torres dan la bienvenida a los visitantes y que hoy en día alberga un Parador. Recorrer la ciudad es pasear por un auténtico museo al aire libre, un destino imprescindible para los amantes de la historia y la arquitectura.

Qué ver Ciudad Rodrigo muralla

Un paseo por la muralla de Ciudad Rodrigo. Foto: Emilio Fraile

5. La Alberca

El honor de La Alberca de haber sido distinguido como el primer pueblo de España en ser declarado Conjunto Histórico Artístico, indica que esta localidad es una joya que destaca por encima del resto. Con un casco histórico que te atrapa con su laberinto de calles estrechas y empedradas, flanqueadas por casas de entramado de madera que parecen sacadas de un cuento, y una Plaza Mayor que es el epicentro de la vida local y donde se venden la mayoría de los tradicionales turrones de la localidad, con sus balcones de forja repletos de geranios en flor. Pero la magia de La Alberca no se limita a su arquitectura: aquí, las tradiciones centenarias cobran vida, como la historia del "marrano de San Antón", un cerdo que recorre libremente las calles del pueblo. No olvides visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y, si buscas desconexión total, el remoto Monasterio de Las Batuecas, en un entorno natural sobrecogedor que inspira paz y serenidad.

Qué ver en La Alberca casa
El curioso estilo arquitectónico de las casas se realza con las flores de los vecinos. Foto: Flickr/Superblinkymac

6. Linares de Riofrío

A resguardo de la Sierra de Francia, el bonito pueblo de Linares de Riofrío es un destino que sorprende a los amantes de la naturaleza. Conocido en el pasado por el cultivo de lino y ahora por sus fresas, el pueblo es la puerta de entrada a uno de los secretos mejor guardados de Salamanca: el Bosque de Honfría. Aquí, un microclima atlántico transforma el paisaje en un rincón mágico, donde la luz tenue y la constante humedad dan vida a un frondoso paraíso de castaños centenarios, robles, avellanos, y el único acebedo de la provincia. Recorrer sus senderos es un festín para los sentidos, un paseo entre los troncos rectos de árboles que parecen querer tocar el cielo, mientras la hiedra trepa por ellos y el suelo se cubre de castañas. Y como contraste, el patrimonio cultural del pueblo, con su plaza Mayor y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, te recuerda que la historia y la naturaleza pueden convivir en perfecta armonía.

7. Ledesma

La imponente estampa de Ledesma domina la perspectiva de la colina que corona desde que se atisba en la carretera. Es imposible no quedarse hipnotizado con la majestuosa iglesia de Santa María la Mayor emergiendo entre el caserío amurallado y el río Tormes a sus pies, cruzado por el antiguo Puente Viejo. Adentrarse en su laberinto de callejuelas es la mejor forma de palpar la historia de este lugar, declarado Conjunto Histórico Artístico. La herencia de siglos se respira en cada rincón, desde las casonas de piedra que lucen blasones hasta los palacios de Beltrán de la Cueva y Los Dieces. Recorre el adarve para disfrutar de vistas únicas, pasea por la Puerta de San Nicolás y maravíllate con la riqueza de un patrimonio que es un tesoro por descubrir. Ledesma no es solo un pueblo, es una experiencia que te invita a perderte y a encontrar la belleza en cada paso. Y si quieres relax total, puedes visitar su espléndido balneario.

Vista aérea sobre Ledesma. Foto: iStockphoto
Vista aérea sobre Ledesma. Foto: iStockphoto

8. Alba de Tormes

Cuna de la influyente Casa de Alba, la villa de Alba de Tormes es un enclave de historia y misticismo a orillas del río da nombre a la localidad. La silueta del castillo ducal, con su imponente torre, evoca una época de esplendor en la que esta localidad fue una pequeña corte renacentista. Pero su fama va más allá de la nobleza, ya que Alba de Tormes está íntimamente ligada a Santa Teresa de Jesús, quien fundó el Monasterio de la Anunciación y en cuyo sepulcro, visitado por miles de peregrinos, reposan sus restos. Este patrimonio de siglos, que le valió el título de Conjunto Histórico, se completa con joyas como el puente medieval y las iglesias de San Juan y Santiago, auténticos ejemplos del románico-mudéjar. Además, en 2021 fue nombrado como "Pueblo Literario" en 2021, con lo que resulta un destino para quienes buscan historias de nobleza, fe y arte en cada rincón.

Alba de Tormes, cuna de la influyente Casa de Alba.
Alba de Tormes, cuna de la influyente Casa de Alba. Foto: iStockphoto

9. Sequeros

Conocido como el Mirador de la Sierra", Sequeros es un balcón natural en el corazón de la Reserva de la Biosfera Sierra de Francia-Sierra de Béjar. Este pueblo, declarado Conjunto Histórico, te recibe con vistas panorámicas que te invitan a perderte entre senderos que serpentean por un paisaje de robles y castaños. La herencia de su pasado como capital administrativa de la comarca se refleja en su elegante arquitectura, con casas burguesas, la Torre del Concejo y el histórico Teatro del Liceo. La vida local late en la plaza porticada del Altozano, punto de partida para explorar sus alrededores, donde la gastronomía es una parada obligatoria. No dejes de probar los embutidos de la Sierra o un buen chuletón de morucho. Y para los amantes de la naturaleza, la visita se completa con un sendero hasta el Santuario de Nuestra Señora del Robledo o una excursión al cercano y espectacular Parque Natural de las Batuecas.

Uno de los coquetos rincones de Sequeros.
Uno de los coquetos rincones de Sequeros. Foto: iStock

10. Cantalapiedra

Al nordeste de la provincia de Salamanca, Cantalapiedra emerge como una joya histórica que surge sobre la estepa salmantina. Este rincón, que en su día fue fortificado por reyes leoneses, conserva un aire de esplendor pasado que se respira en cada una de sus calles. Su imponente Iglesia de Santa María del Castillo es una muestra de su antiguo poderío, vigilando el caserío con la solemnidad de los siglos. Pero el encanto de Cantalapiedra no se detiene ahí; la vida del pueblo palpita en su atractiva Plaza Mayor, el lugar perfecto para sentir el pulso de una localidad de apenas mil habitantes que ha sabido conservar el sabor de antaño. Un paseo por el lugar te invita a descubrir otros tesoros arquitectónicos, como el Monasterio del Sagrado Corazón, el Torreón del Deán y la Casa de los Onís, vestigios de un pasado fascinante. Cantalapiedra es un destino para quienes buscan historias de reyes, fe y señorío en un paisaje de belleza sutil y cautivadora.

Te puede interesar