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San Martín del Castañar

Conjunto histórico entre sierras

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Ocupa este bello municipio salmantino una loma levantada entre dos arroyos que discurren hacia el río Francia. Aunque existen vestigios de un asentamiento romano, como la estela que se conserva en el atrio de la iglesia, o un puente y calzada romanos, los orígenes del municipio se sitúan hacia el siglo XII con la repoblación de la sierra. Prueba de ello es el yacimiento visigodo de La Legoriza, en fase de excavación. En el año 1225 Alfonso IX donó el lugar y su jurisdicción a la mitra salmantina y ello explica el florecimiento del municipio bajo la tutela del obispado.

Este pueblo, que desde 1982 ostenta la categoría de Conjunto Histórico-Artístico, conserva un rico patrimonio cultural. El castillo ocupa un montículo de fuertes pendientes de fácil defensa y que alberga el cementerio en su interior. La construcción parece anterior al siglo XV. Presenta dos torres y la cerca amurallada que lo envolvía. Al lado se levanta la plaza de toros, con sus burladeros de granito. Las construcciones más antiguas (siglos XV y XVI) son de claro aire serrano y en la Plaza Mayor, con fuente central, se levanta el Ayuntamiento, de planta baja porticada y que fue antiguo palacio episcopal, alhóndiga, cárcel y carnicería.

Otro edificio de interés es el antiguo mesón y la taberna del siglo XVI, aunque muy reformados. Sin duda, bien merece una detenida visita la iglesia parroquial, declarada Bien de Interés Cultural en 1981. Originaria del siglo XIII sufrió importantes reformas en el XVI y XVII que afectaron a la capilla mayor, a la capilla del evangelio y al crucero. En su interior alberga gran número de obras de calidad como las armaduras mudéjares del siglo XVI que cubren la capilla de la epístola y la nave central, el retablo mayor del siglo XVII con el Cristo del Miserere del arruinado convento de Gracia y esculturas y tablas pictóricas de gran valor.

También destaca en el recinto urbano el relieve del antiguo Hospital o la Cruz de Piedra con los símbolos de la Pasión que recuerdan a Simón Vela, peregrino francés que encontró la imagen románica de la Virgen en lo alto de la cercana Peña de Francia. Al lado de los restos del Monasterio de Nuestra Señora de Gracia se encuentran las ermitas de la Virgen del Socorro, la patrona de la villa, y la del Humilladero, con preciosa rejería. En los alrededores existen unos parajes de gran valor paisajístico como La Olla, el Campanario de los Diablos o la Mierla.