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Dehesa extremeña

Zarza de Granadilla, Cáceres

Extremadura, con cerca de un millón de hectáreas de dehesa, constituye un paraíso ecológico, al contar con uno de los ecosistemas mejor conservados de Europa. En una extensión de encinas, alcornoques (ambas del género 'quercus'), olivos, pinares, pastos, matorrales y quejigos, donde conviven, de forma armoniosa, especies salvajes como jabalíes, ciervos y lirones con ganaderas como la oveja merina, el vacuno retinto y, el gran protagonista durante el invierno, el cerdo ibérico. Desde mediados de octubre y hasta mediados de febrero, se produce el periodo de montanera, donde las bellotas se caen de las encinas y están a libre disposición de los cochinos para su alimentación. Además de Extremadura, la dehesa -que algunos expertos fijan su extensión global en la región suroeste y oeste de la Península entre los dos y los cuatro millones de hectáreas (20 000 y 40 000 km2)- también comprende parte de la provincia de Córdoba, Huelva, Jaén, sierra de Sevilla y Salamanca, así como parte del Alentejo y Algarve portugués.