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Alcoba

Respirando aire puro

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Para saber lo que es respirar aire puro y conocer el espíritu rural del Parque Nacional de Cabañeros, nada mejor que marcar con una x el pueblo de Alcoba de los Montes. Desde aquí nos sumergiremos de lleno en las 17.000 hectáreas que tiene dentro del parque y nos adentraremos en los espectaculares paisajes de rañas como si fuéramos de pastoreo. La atalaya que forma el mirador del cerro o morro de Don Rodrigo es el lugar ideal para contemplar el pueblo en toda su extensión y buena parte del paisaje del parque que nos rodea. Es el momento de dejarse llevar y fundirse con la naturaleza. Un buen lugar para hacerlo es la Laguna Grande. Desde allí, rodeados de olivos y con la ayuda de unos buenos prismáticos, veremos bandadas de aves de paso y de otras que tienen su hogar en estos montes.

La visión de algún águila poderosa o una cigüeña nos despertará las ansias de volar y trasladarnos por el aire observando árboles, senderos de agua y especies animales. Desde lo alto, seguro que los restos del castillo de Los Moros, un yacimiento de 3.500 años de antigüedad, atraería nuestra atención. Cansados de tanto vuelo, lo ideal sería anidar en lo alto de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, un imponente edificio de ladrillo donde se guarda un cuadro del s. XVII. Y de nuevo en el suelo, nuestros pies nos llevarían al Museo Etnográfico del Pastoreo donde, por fin, pondríamos nombre a todo lo que hemos estado viendo y descubriríamos la razón por la que los alcobeños dicen que su pueblo es un manantial de oxígeno.