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Aldea de San Miguel

Joyas mudéjares entre cereales

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La llanura de cereales y pinares que bordean Aldea de San Miguel forman parte de la llamada Ruta del Caballero vallisoletana, por la que podríamos imaginar las andanzas del Caballero de Olmedo creado por Lope de Vega. Entre los siglos X y XI, esta localidad, a 25 kilómetros de Valladolid, fue escenario de conquistas y reconquistas entre árabes y cristianos. Y como fruto de esta interacción encontramos una joya románico-mudéjar: la iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XII, cuyo extraordinario ábside de arquerías ciegas (elementos decorativos como arcos tapiados) todavía se conserva. El visitante tiene que fijarse en la cruz de piedra que custodia la puerta en el exterior, con un curioso labrado: la imagen del Cristo crucificado en un lado y la Virgen con el Niño en el otro. La aldea protegida por el arcángel esconde otra pequeña ermita en los páramos, al sur del pueblo, que permiten una vista panorámica de la cuenca del Duero, cuajada de cultivos hasta donde alcanza la vista.