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Arres

Dos pueblos y un horizonte inalcanzable

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Es este uno de esos municipios minúsculos de la Val d'Aran en que la vida se encuentra de puertas adentro. Una existencia históricamente aislada de las grandes masas y comunicaciones han labrado en el Pirineo una personalidad dura pero leal y honesta cuando el visitante derriba el primer muro de la confianza. Este carácter, rudo y afable a la vez, se pone de manifiesto durante las fiestas  patronales de finales de enero en honor a San Sebastián. 

Cuenta la voz popular que Arres siempre fue independiente y que entre sus vecinos se prestaban todos los servicios, que ahora quedan representados en sus apellidos. Los dos pequeños enjambres de casas, Arres de Jos y Arres de Sus, que cobijan poco más de cincuenta almas, viven de frente en constante contemplación mutua y de un paisaje interminable de pastos verdes y cimas blancas en la falda del monte Montlude. 

En la calle que cruza los dos núcleos se erige la iglesia románica de Sant Fabian. También merece una visita la de San Juan Bautista, templo equidistante a los dos núcleos urbanos.

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