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Arroyo de San Serván

Pinturas rupestres y bien vino a la sombra de un cerro

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Felipe II concedió a Arroyo de San Serván la independencia de Mérida en el siglo XVI. Este pueblo de Badajoz toma su nombre de un legionario romano, mártir cristiano, llamado Serván, de cuya ermita todavía quedan en pie algunos restos. En el alto cerro de San Serván, que se vislumbra a kilómetros, se conservan pinturas rupestres, y también en otro llamado de la Moneda. Sus contenidos (animales, ídolos, escenas de caza) pueden situarse entre los años 1.500 y 500 a.C.  En el centro de la localidad destaca la Iglesia de Santa Cruz, del siglo XVI, aunque muy transformada posteriormente. Sus tres portadas obedecen a distintas épocas y estilos. En su interior, uno de los más bellos retablos de esta parte de Extremadura, de estilo plateresco y con una talla protogótica de la Virgen de Perales. Para los amantes del vino merecen mención el Vino Lindero y el Reserva San Serván, elaborados por la cooperativa de la localidad.

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