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Artesa de Lleida

Tras los pasos de la antigua villa

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Pequeña población a la que su proximidad con Lleida ha empujado a convertirse en ciudad dormitorio de la gran capital. No obstante, Artesa conserva su carácter, el cual se pone de manifiesto en la vida tranquila en las calles y sus populares fiestas. El pueblo abastece su economía de las aguas del Canal d'Urgell y el torrente de la Femosa con las que cultivan cebada, trigo, perales, manzanos y almendros. Como en toda la zona, también van en aumento las granjas de ganado porcino. 

El núcleo urbano conserva restos de su casco antiguo, llamado 'vileta' por los vecinos, porque albergó una villa cerrada en murallas. De entre su patrimonio destaca la iglesia neoclásica de Sant Miquel, que se alza vigilante con su campanario octogonal. En el casco antiguo también llama la atención del visitante la Casa Gallard, edificio señorial del siglo XVIII. 

Impagable resulta, así mismo, la esbelta capilla redonda de Sant Ramon, situada en la parte oeste del pueblo. Memorable es el Aplec, o encuentro festivo en honor al santo, que se celebra en los jardines de la capilla a final de agosto.

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