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Berlanga de Duero

El mejor alcalde, el Cid Campeador

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Una simple fotografía aérea sería razón suficiente para poner rumbo a este impresionante municipio soriano, declarado Conjunto Histórico-Artístico. En sus días, una doble muralla, de la que solo queda ya la interior, protegía a Berlanga de Duero del asedio de sus enemigos. Junto a su imponente castillo se alzaba el Palacio de los Marqueses de Berlanga, destruido por los franceses y del que solo queda su fachada renacentista. Al adentrarnos en la villa, llena de singulares casas de adobe y de madera, resultará llamativo no encontrar iglesias románicas. Hay razones de peso. Los marqueses ordenaron convertir aquellos templos en improvisadas canteras para levantar la impresionante Colegiata de Santa María del Mercado, construida en solo cuatro años en el primer tercio del siglo XVI. La Plaza Mayor de la localidad, porticada con pilares de madera sobre basa de piedra, es uno de los ejemplos rústicos más bellos de toda la provincia. El Convento de las Concepcionistas, fundado también en el XVI, conserva en su portada un tímpano románico de gran calidad. Fue, desde luego, una época prodigiosa. El palacio ducal también está fechado en ese siglo y fue uno de los mejores exponentes de la arquitectura renacentista hasta su destrucción en la Guerra de la Independencia. A solo ocho kilómetros de Berlanga debemos acercarnos a la Ermita de San Baudelio, ubicada en Casillas de Berlanga. Veremos una diminuta ermita de finales del siglo XI que está considerada como la 'Capilla Sixtina' del arte mozárabe y uno de los edificios más singulares de la provincia de Soria. 

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