{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Berrocalejo de Aragona

Berrocales por monumento

Compartir

Localidad de unos 50 habitantes junto a la carretera N110 y la autovía AP51, a 9,2 km de Ávila.

Equidista de las sierras de Ávila y la de Ojos-Albos, a oeste y este, en unos terrenos accidentados aunque se trate de un valle. Las afloraciones de roca y los pastos alrededor predominan sobre las parcelas válidas para el cultivo.

El pueblo ha hecho de esos grandes bloques graníticos varios monumentos en medio del caserío: un gran berrocal se sitúa junto a la calle de la Iglesia (es tan grande que forma una especie de plaza alrededor), y otro más pequeño junto a la parroquia, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, en la placita a su izquierda. Quizás Berrocalejo se llame así por esta integración del paisaje natural en el urbano.

No es un caso raro en las poblaciones serranas, sí en las de valle. En realidad aprovechan la estética escultórica de estos grandes bloques redondeados y cuarteados por el hielo, que al parecer admiraron los vetones y mucho después artistas contemporáneos como Agustín Ibarrola, que pintó unas 115 grandes piedras graníticas en la dehesa de Garoza (Muñogalindo, no muy lejos).

Berrocalejo no puede quejarse de falta de materia prima para cercados, cobertizos y algunas casas. Ni para la peculiar iglesia: de construcción reciente, en el siglo pasado, levantada con la noble intención parecerse a las antiguas.