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Bliecos

Atalayas y quejigares

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Los restos arqueológicos hallados en Bliecos -como herramientas de piedra y cerámica- sitúan su origen en los pueblos celtíberos que aquí se asentaron, a orilla del río Nágima, afluente del Jalón y límite entre la cuenca del Duero y del Ebro. Esta pequeña localidad de inviernos duros y veranos cortos se ha dedicado tradicionalmente a la agricultura, sobre todo cebada, girasol y trigo.

De la época musulmana conserva los restos de una vetusta atalaya del siglo X, declarada Bien de Interés Cultural y conocida como la Torre de los Moros o Molino de la Torre. Ofrece las mejores vistas sobre el valle y sobre el que fue castillo de Serón de Nágima, al que posiblemente advertía y protegía. Otro de los monumentos destacados es la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza -situada en un paraje natural con merendero-, cuyo manantial dicen los lugareños que tiene propiedades curativas y alivia el dolor de cabeza. Recibe la visita de la romería vecinal en septiembre y en las fiestas de agosto. Tienen interés también en Bliecos el monasterio de Nuestra Señora de la Huerta, la iglesia de San Millán de la Cogolla y su curioso casco antiguo, con casonas y un palacete recientemente restaurado.

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