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Cabezón de Valderaduey

El artesonado mudéjar entre siete ermitas

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Merece la pena detenerse unos minutos antes de entrar en el pueblo para contemplar el silencio convertido en paisaje. Solo algunas alpacas de paja rompen la horizontalidad de este municipio vallisoletano bañado por el río Valderaduey. Cuentan los mayores del lugar que aquí se levantaron siete ermitas que significaron el nacimiento del pueblo.

En la plaza Mayor encontraremos una “casa-palacio” de la que aún queda un orgulloso escudo y ventanas esculpidas, y junto a ella una “panera” que todavía recuerda el antiguo oficio del obrador del pueblo. La iglesia de la Asunción de estilo barroco contiene un artesonado mudéjar en el presbiterio digno de contemplar, así como un retablo del siglo XVIII de la escuela de Juan de Juni. Para visitar este recinto sagrado es necesario solicitar permiso en el ayuntamiento.