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Casatejada

Las luces de una villa

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Una de las señas de identidad de Casatejada es la fuerza de su luz. Un destello que da vida a sus campos, pero sobre todo, a un patrimonio religioso sublime. No es difícil comprobar cómo brilla la iglesia de San Pedro Ad Víncula, construida en piedra y cuyos muros se tiñen tímidamente de vegetación. Hay luminosidad tanto fuera del templo como dentro, ya que esta penetra a través de un rosetón plateresco que alumbra el retablo. En la ermita de Las Angustias o La Soledad, los tonos también adquieren su importancia; bien sea a primera hora de la mañana o a última de la tarde, estos le otorgan la atmósfera adecuada a una imagen movida por la fe. Por otro lado, los árboles cumplen la función de ocultar los rayos. En la espesura pasa desapercibido el palacio neogótico de las Cabezas;  su belleza, materializada en su excepcional fachada, es propia de la fantasía. Es verano y bajo un sol de justicia, no podemos dejar pasar por alto, el rollo jurisdiccional construido al pie del Camino Real. Casatejada alumbra con sus rayos los trazos de un patrimonio diseñado por los mejores arquitectos.

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