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Castelldans

Carácter en el límite del secano

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En pleno campo de les Garrigues, en un entorno de huertas de secano que regala al sibarita un aceite de oliva de primera calidad, Castelldans se erige como un enclave de vida y carácter. En ningún sitio como aquí uno percibe la frontera del agua. La población recibe al viajero en el límite de las tierras ocres, a tiro de piedra de los campos verdes del vecino regadío de la comarca del Segrià.

En un escenario de colinas y cuencas bajas, sus escasos mil habitantes dedican su empeño al cultivo del olivo, el almendro, el cereal y los frutales. Dos cooperativas agrícolas agrupan hoy una vitalidad local que queda patente en el Museo del aceite y el del Mundo rural, abierto en un antiguo molino.

El núcleo urbano se arremolina a los pies del promontorio donde se erigió el antiguo castillo. El paseo por la espaciosa trama urbana descubre la iglesia parroquial de la Virgen de la Asunción, con su campanario cuadrado que vigila el entorno. El templo conserva una imagen de piedra de la virgen del siglo XV con bellos policromados.  La población regala otra joya arquitectónica: un antigua casa de los monjes de Escaladei de origen renacentista. El edificio, situado en la calle d'Els Frares, es ahora un conjunto residencial. La guinda a la visita es el Pou de Gel, una construcción subterránea que probablemente comunicaba con el castillo.

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