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Castropol

La ciudad de la esquina asturiana

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Pocas localidades aglutinarán tanto encanto. Castropol ofrece al viajero una península con un litoral de mar, playa, astillero y puertos deportivos, pero también de ría, el Eo, donde se crían con esmero las ostras que dan vida al festival Somos la Ostra. El interior se presenta plagado de valles y montañas, con descubrimientos naturales tan sorprendentes como la cascada del Cioyo. Y su casco urbano es un Bien de Interés Cultural, gracias a la iglesia de Santiago Apóstol o la ermita de Santa María del Campo, ambos templos a un breve paseo de distancia desde la Plaza del Cruzadero.

Sus calles también le deben su encanto a las casas indianas y los palacetes, edificios dignos de 'patearse' con detenimiento. En definitiva, es un concejo pintoresco y ameno donde se puede contemplar el blanco de las casas delimitado por el margen de uno de los estuarios más importantes del norte peninsular, del cual se puede aprender más en el Centro de Interpretación de la Ría del Eo. Y, si se acude durante el Corpus, se vivirá de una de las actividades más sobresalientes de Asturias: las alfombras florales, verdaderas obras de arte hechas con pétalos para cubrir los suelos de los lugares más emblemáticos.