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Barca hinchable Lago Sanabria

Planes con niños en vacaciones

¡Se acabó el cole! 10 planes para peques incansables

Actualizado: 22/06/2023

Llega el verano, las clases se acaban y los más pequeños de la casa rebosan energía. Y esto sólo acaba de empezar... Para exprimir al máximo las eternas vacaciones escolares que vienen por delante, te proponemos 10 planes con niños donde disfrutar entre dinosauiros, tirolinas, castillos, piscinas y tablas de surf.  

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1. Tras los dinosaurios de la costa asturiana

Adivinar la longitud del cuello de un braquiosaurio, observar a una pareja de triceratops como padres primerizos o verse sorprendido por un impresionante tiranosaurio es posible en los bosques de eucalipto de San Telmo, junto al turístico Lastres. Allí se encuentra el Museo del Jurásico de Asturias, un espacio en el que la huella jurásica de la zona abarca desde su propia estructura hasta las decenas de representaciones de estos animales que hay diseminadas por el recinto. Un entorno en el que diversión y aprendizaje se dan la mano ya que, además de conocer las diferentes especies que poblaron el planeta hace millones de años y su evolución, los más pequeños pueden convertirse en arqueólogos por unas horas desenterrando réplicas de huesos y fósiles.

Costa jurásica de Asturias niños con dinosaurio

Los más pequeños quedan fascinados ante las maquetas de los dinosaurios. Foto: Javier Martínez Mansilla

Además, después de la visita al museo, toda la familia puede acercarse a algunos de los yacimientos que atestiguan el paso de los dinosaurios por la actual costa asturiana. Es el caso de la playa de La Griega, a poco más de cinco minutos en coche desde el MUJA, donde se pueden encontrar icnitas -huellas fosilizadas- datadas hace 150 millones de años, o la playa de Santa Marina, en Ribadesella, que también cuenta con estos testimonios pétreos de bípedos o cuadrúpedos y fósiles de moluscos bivalvos.

Costa jurásica de Asturias niños en La Griega

Las icnitas se encuentran a simple vista en la Griega. Foto: Javier Martínez Mansilla

2. Chapuzones en un parque acuático

La combinación entre un divertidísimo parque acuático y la tranquilidad de 2.000 metros de spa tiene nombre y ubicación en la Costa Blanca: ‘AR Imperial Park Resort’, en Calpe. Los niños chapotean, saltan y se deslizan por toboganes una y otra vez mientras los adultos pueden dejarse atrapar por una tranquilidad garantizada gracias a la potente programación de animación del resort. Durante todo el día hay actividades pensadas para todos los públicos, aunque los monitores prestan especial atención a los más pequeños, que terminan la jornada agotados aunque pensando en qué piscina pasarán más horas al días siguiente.

Ar Imperial Park Calpe

Las cascadas caen de una piscina a otra haciendo las delicias de los más pequeños. Foto: Hugo Palotto

En cuanto a las opciones de alojamiento, sus 187 bungalows se dividen entre aquellos que cuentan con una, dos y tres habitaciones, siendo el régimen de todo incluido el único disponible, pudiendo llevar a cabo todas las comidas en las instalaciones. Además, el bufé es uno de los grandes argumentos que esgrime el resort por su calidad y variedad.

Ar Imperial Park Calpe

La piscina infantil cuenta con una parque de juegos en el centro de la misma. Foto: Hugo Palotto

3. De Sevilla a los mares del mundo

Sumergirse desde pleno Guadalquivir en los océanos más lejanos es lo que propone el Acuario de Sevilla, un enorme recinto en el que unas 400 especies marinas y más de 7.000 ejemplares conviven en más de 3.000 metros cúbicos de agua. A través de sus cinco zonas temáticas -Guadalquivir, Atlántico, Jungla, Pacífico e Indopacífico-, quien surca estos mares acondicionados queda fascinado ante la diversidad de la vida subacuática. Sobre todo los más pequeños, a quienes es casi imposible hacer abandonar el túnel que cruza el tanque de los tiburones, el gran salón de las hipnóticas medusas o la sala que alberga a los pulpos que parecen saludar tras el cristal.

Acuario Sevilla

Los tiburones no podían faltar. Foto: Javier Sierra

Durante los meses estivales, sus Campamentos de verano ofrecen a los más pequeños la posibilidad de convertirse en biólogos marinos por una semana, unas actividades que, además del acercamiento a una profesión muy singular, profundiza en la conciencia medioambiental y el cuidado de los mares. El acuario también cuenta con talleres de fin de semana o las actividades Tiburones a medianoche y El lado oculto del Acuario como complemento a la visita estándar en familia.

Niña viendo peces

Cada tanque es una ventana nueva a un mundo poco explorado. Foto: Javier Sierra

4. Conquistando las olas en Fuerteventura

¿Qué mejor forma de empezar las vacaciones que con una buena dosis de deporte al aire libre? Si a esto le unimos disfrutar de algunas de las mejores playas de Fuerteventura con la seguridad de profesionales al cargo de los más pequeños, el resultado es ideal. En la isla canaria hay escuelas, como ‘Surfing Colors’, que organizan campamentos de verano en torno al surf, una gran forma de iniciarse en este deporte lleno de adrenalina con la ayuda de expertos.

Surf con niños en Fuerteventura: cogiendo olas

Los niños tienen una facilidad enorme para aprender a coger olas. Foto: Rocío Eslava

Las alternativas para llevar a cabo estos cursos son múltiples y se adaptan a las necesidades de padres e hijos, pudiendo llevar a cabo un alojamiento integral en su ‘Corralejo Surf School’ para toda la familia. El ambiente es de los más animado y los pequeños surfers hacen amigos en todo momento, incluso sin necesidad de compartir el mismo idioma. Una experiencia que sin duda creará poso en el recuerdo.

Surf con niños en Fuerteventura: atentos a la clase

Un deporte para todas las edades, desde los 9 años en adelante. Foto: Rocío Eslava

5. La magia del Bosque Encantado

A pocos kilómetros de Madrid se encuentra el jardín de recreo de hadas, ninfas y gnomos que decidieron, un buen día, dar rienda suelta a su imaginación, agarrar unas tijeras de podar y dibujar dragones, centauros y dinosaurios en los aligustres y bojs que tenían a su alrededor. Además de estas alegorías fantásticas, en el 'Bosque Encantado' de San Martín de Valdeiglesias se alza uno de los proyectos botánicos más interesantes de la capital, ya que se compone de 25.000 metros cuadrados de naturaleza en la que conviven el bosque mediterráneo con especies exóticas y decenas de aves autóctonas al estar inmerso en una zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

El dragón mide más de tres metros de altura.

El dragón mide más de tres metros de altura. Foto: Alfredo Cáliz

Las familias con niños pequeños son quienes más disfrutan de este parque ideado por Juan Antonio Pizarraya, artífice del proyecto a raíz de su afición a la escultura vegetal. Los juegos para adivinar qué figura encarna cada seto en los 13 senderos que recorren el espacio dan para varias horas de diversión, además de poder extender la visita hasta después de la hora de comer gracias al bar o los merenderos diseminados por todo el recinto.

Las figuras de dinosaurios atraen a niños y mayores.

Los delfines invitan a parar en el camino y escuchar el sonido del agua. Foto: Alfredo Cáliz

6. Cascadas y grutas entre aves rapaces

Grutas a las entrañas de la tierra, cascadas inspiradas en leyendas clásicas y vergeles salidos de cuentos nórdicos son los encantos que han hecho del Monasterio de Piedra un destino excepcional para pasar un día en familia. Desde que se empiezan a escuchar el repique del agua en las cascadas del recinto, los niños ya desean tocar con sus manos la corriente que fluye por ellas, aunque es necesario caminar durante unos minutos hasta llegar a la primera en la que el antojo se puede llevar a cabo. Durante el trayecto los visitantes quedan ensimismados con la belleza del Vergel de Juan Federico Muntadas, quien se inspiró en los jardines románticos para idear este parque, abierto hoy al público.

Una estrecha escalera de roca conduce hacia la Gruta Iris. Las vistas no defraudan.

Los Vadillos, uno de los rincones más románticos del parque. Foto: Ferrán Mallol

Tanto las enormes cascadas -naturales y artificiales- como las diversas grutas por la pared rocosa que se distribuyen por el espacio atrapan con su belleza a grandes y pequeños, aunque para estos últimos hay un bonus track que redondea la visita a este rincón zaragozano. Se trata de la exhibición de aves rapaces que realizan tres veces al día junto a la entrada del parque, donde búhos, águilas y lechuzas despliegan sus artes aéreas a pocos centímetros de las cabezas de los asistentes, dejando con la boca abierta quienes presencian sus vuelos.

La exhibición de aves rapaces, otro plan para que los niños no quieran marcharse nunca del parque.

La exhibición de aves rapaces, otro plan para que los niños no quieran marcharse nunca del parque. Foto: Ferrán Mallol

7. La bodega también es para niños

Con unas firmes espadas de juguete y una misión que completar, la bodega ‘Cellers Avgvstvs Forvm’ ha conseguido que la visita a sus instalaciones resulte una aventura para toda la familia. Valiéndose del legado del imperio Romano de estas tierras tarraconenses, los niños deben encontrar durante el recorrido la botella dorada que, según dicen, se parece a la que empleaba el emperador Augusto. Mientras, los adultos no pierden detalle de los métodos de producción de vinos y vinagres que han formado parte de la cena de entrega de los Premios Nobel o cocinas de iconos gastronómicos como Carme Ruscalleda o Ferran Adrià.

Bodega Cellers

La estatua de Augustus en el mirador de la bodega. Foto: Manu Mitru

Entre aromas singulares, que hacen aflorar la curiosidad de los peques, y anécdotas de los tiempos de la dominación romana, la visita mantiene a toda la familia con los sentidos bien activados. Un preámbulo con el que ir animando el apetito de cara a la comida en el restaurante ‘Degvsta’, donde los platos de patatas bravas romanas,el tataki de bonito, el carpaccio de gambón con encurtidos pueden ser algunas de las opciones recomendadas para compartir mientras los adultos degustan algunas de las referencias más reputadas de la bodega.

8. Sobre el río en tirolina

La adrenalina que se desata cuando uno cruza el río Bembézar sobre una tirolina de 24 metros de longitud tiene pocos símiles. Tal vez se pueda comparar con el entusiasmo con el que niños, y no tan niños, suben los 22 metros de altura que la preceden a través de la Triaction Tower, un rocódromo que pone a prueba la agilidad y la pericia de quien la escala. Estas son las dos grandes atracciones del ‘Parque Río Secreto Aventura’, pero no las únicas, ya que otras tantas tirolinas y puentes tibetanos conforman la diversión en las alturas del recinto.

Tirolina Río Secreto

Deslizarse por la tirolina da la sensación de estar sobrevolando el río. Foto: Antonio Manuel Obrero

Además y como complemento a los días más calurosos de este rincón de Sierra Morena, los paseos por el río en kayak, que comandan los monitores del parque, refrescan de la mejor manera posible a quienes surcan sus aguas. Toda una aventura en familia rodeada de la naturaleza única que compone el entorno de este parque natural.

Kayak Río Secreto

os paseos en kayak por el río Bembézar atraen a visitantes de toda Andalucía. Foto: Antonio Manuel Obrero

9. Viaje al Medievo

Minireyes y reinas, que emulan al mítico Rey Arturo cuando ven a la espada Excálibur clavada en la roca pasean, por las estancias del castillo de Almodóvar del Río. Este inmueble cargado de leyendas, sobre todo la de la princesa Zayda, su propio fantasma del que se dice aún se puede notar su presencia intramuros, hace las delicias de los pequeños aficionados a la fantasía, que en muchas ocasiones llegan a la fortaleza disfrazados para la ocasión.

Niñas princesa

Muchos pequeños llegan al castillo disfrazados. Foto: Antonio J. Criado

Este viaje temporal al medievo se ve acrecentado por el gran estado en el que se encuentran las salas o las exposiciones de armas de época que se pueden contemplar durante el recorrido, en el que el gran atractivo son los espacios filmados para la serie ‘Juego de Tronos’ como el Salón del Rey o el balcón que se asoma a la campiña cordobesa. Imprescindible tomarse una foto y sentirse como Olenna Tyrell ante el avance de las tropas de Lannister.

10. Buscando al monstruo del Lago de Sanabria

Los misterios de las profundidades del Parque Natural del Lago de Sanabria quedan al descubierto cuando uno se sube al Elio Sanabria, el primer catamarán eólico y solar del mundo, y su tripulación expone que allí se sumergen formas de vida a las que estamos acostumbrados a ver en televisión. Como si fuesen primos de Bob Esponja, los organismos que habitan estas aguas fascinan los niños que suben a bordo y no pierden ni un detalle de las explicaciones que se dan tras la recogida de muestras que llevan a cabo los buzos, haciendo gala de un entretenimiento didáctico de categoría. Las maravillosas playas del lago son otra excusa para descubrir Sanabria.

Todos prestarán una atención inaudita.

Todos prestarán una atención inaudita. Foto: Miguel Pazos Ortega

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