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Cigudosa

San Baudelio y la Torre Árabe

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La exuberancia del entorno en Cigudosa se debe al río Alhama, cuyo cauce baña su ribera cuajada de sauces, fresnos, olmos y enebros que sobrevuelan águilas reales, quebrantahuesos y buitres leonados de camino a Peñamelera, un alto donde se encuentra una buitrera. El olor a romero, tomillo y espliego -que tradicionalmente los vecinos destilaban en cazuelas de latón- impregna el recorrido hasta llegar a Cigudosa.

Entre sus calles y casas empedradas sobresale una curiosa construcción, la llamada Torre Árabe, que deja constancia de la época musulmana de atalayas sobre los campos, pero de la que se conoce poco su historia. Hoy es propiedad privada.

La iglesia de Cigudosa está dedicada a San Pedro y se levantó en el siglo XVIII. En su interior custodia retablos de estilo churrigueresco y barroco de gran belleza y el paso de San Baudelio. En honor a este santo -de gran devoción entre los vecinos- se construyó la ermita que se encuentra a las afueras, hacia Valdeprado.

El 20 de mayo se solía celebrar la fiesta y procesión en honor a San Baudelio -a quien pedían que “no robaran las habas de las huertas”-. El mismo santo era ‘estacionado’ en mitad de la plaza del pueblo en época de sequía para que atrajese la lluvia. No queda constancia estadística de la efectividad de la medida.

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