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Dios le Guarde

Recuerdos de una complicada toponimia

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Este municipio recibe este curioso nombre porque, según cuenta la leyenda, entrañaba tales peligros el tránsito por este lugar, al estar situado en una hondonada entre selvas y matorrales donde había muchos lobos, que el intrépido viajero que osase atravesar por estos parajes debía encomendarse a Dios. El pueblo se levanta en el antiguo camino de Ciudad Rodrigo a Tamames a orillas de un arroyo que divide sus calles. El río Morasverdes atraviesa todo el término en busca del Yeltes aguas arriba, rodeado de un bosque de robles. La presencia del río en torno al pueblo asegura la existencia de algunas huertas para el autoconsumo.

Entre el moteado del caserío se levanta la iglesia en honor de la Purísima Concepción, sencillo templo de una nave realizado en mampostería con sillares en las esquinas que sufrió varias reformas en la década de los 70 del siglo pasado. Las fiestas patronales se celebran en septiembre en honor al Cristo con un programa donde los festejos taurinos tienen gran protagonismo.

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