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Garachico

Arte sobre la naturaleza

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Garachico es un paraje encantador con una trascendental historia detrás: la erupción de un volcán en 1706. Olvidadas las terribles consecuencias de la catástrofe, el municipio tinerfeño ofrece un bellísimo entorno natural, que algunos artistas han aprovechado para sus creaciones, como en el caso de la Puerta de Tierra, un parque urbano que alberga una puerta que, hace siglos, era parte del puerto por donde pasaban todos los viajeros y algunas mercancías de pequeño tamaño. Junto al mar, la Puerta sin Puertas de Tensei Tenmoku propone, en dos esculturas separadas, un juego visual que descubre su efecto cuando ambas coinciden ante los ojos del observador.

El patrimonio artístico de Garachico incluye templos de interés, como el antiguo convento de San Francisco, que en la actualidad es una casa de la cultura; la ermita de San Roque, con un paisaje increíble en sus alrededores, y la parroquia de Santa Ana. Esta última iglesia es un símbolo en Garachico, no solo por la belleza de su torre, sino por la colección de obras de arte que alberga, recopiladas de otras iglesias y ermitas que ya no existen.

Al llegar las fiestas del Santísimo Cristo de la Misericordia salen a la calle las carrozas, repletas de participantes de todas las edades, para amenizar como se merece tal acto, que más tarde concluye con un espectacular despliegue de fuegos artificiales: el ruido se redobla gracias a la acústica que proporciona la cordillera que da paso a los acantilados de la Culata.

El núcleo urbano de Garachico fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994 y antes, en 1980, le fue concedida al pueblo la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes por el esfuerzo en la conservación de su patrimonio.

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