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Maranchón

El frío del Páramo

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Dicen de este pueblo que es alto y frío, uno de los más fríos de la provincia. Su situación en los páramos de la sierra del Ducado ayuda a que el termómetro en invierno no pase mucho tiempo sobre cero. Es villa desde 1769, fecha de la cédula que emitió el rey Carlos III por la que se le daba poderes para ejercer justicia. Tuvo un pasado brillante gracias a los tratantes de ganado mular, conocidos en toda España y citados incluso por Benito Pérez Galdós en uno de sus Episodios Nacionales.

En sus calles destaca la renacentista Casa de los Picos, un bonito edificio cuya fachada está adornada con picos o puntas de diamante y tiene cierto parecido con el palacio del Infantado de Guadalajara. Por otra parte, destacan el ayuntamiento, de finales del XIX, que mezcla vanguardia y clasicismo en su construcción; y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del XVIII, con retablos barrocos en su interior. Llama la atención su plaza de toros, de 1915, de peculiar arquitectura. A las afueras, se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Olmos, del siglo XII. Maranchón forma parte de la ruta Tierra de fronteras, del Camino del Cid.

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