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Nava del Barco

Los canchales, el agua y la pera

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Localidad de unos 100 habitantes a la que se accede por un desvío desde la N110. Dista de Ávila 97 km.

La roca y el agua dan sentido a Nava del Barco. La roca de sus casas y del gran canchal que se eleva a un costado, además de constantes afloraciones graníticas en sus alrededores y las cumbres vecinas del macizo occidental de Gredos, ya muy cerca de Extremadura. Algunas de esas grandes peñas están en el pueblo mismo a modo de esculturas naturales como La pera. Desde algún ángulo su forma también sugiere el apodo de La bombilla.

Y el agua del arroyo garganta de Galingómez, que baja de la laguna glacial homónima y parte a Nava en dos mitades casi exactas, en un cauce encajonado entre peñascos. Otros regatos surcan las calles por canales con pasarelas de granito para cruzarlos.

Además de sotos y una tupida vegetación de ribera, esta riqueza acuática riega huertas, arboledas, pastizales cercados y frutales; manzanos por ejemplo.

El caserío, con callejuelas y rincones pintorescos, es uno de los que mejor conserva la arquitectura tradicional en esta parte de Gredos. Cercados, corrales, casitas y casonas de sillero y mampostería, con sillares esquineros de refuerzo. Pequeñas ventanas (para aislar del frío y del calor) y puertas con cercos de grandes bloques de granito, dinteles labrados con signos geométricos y la fecha de la edificación. Amplios portones en los corrales y un recurso que también se ve en otras zonas serranas con un clima más amable: los balcones apoyados en grandes ménsulas de piedra. Muchas viviendas aparecen encaladas o pintadas de blanco en contraste con el sillarejo.

Una de las postales más típicas de Nava: el puente que salva el tajo de la garganta y se apoya sobre grandes bloques de roca junto al lecho. Y la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, con una espadaña típica de las estribaciones serranas: tiene un muro posterior que forma casi una torre cubierta con tejadillo. Los enormes contrafuertes aumentan la sensación de robustez, junto con las dovelas del arco y las ventanas construidas con el mismo estilo que las viviendas.

Las rutas en este paisaje verde y accidentado son múltiples. Tres de las más recomendadas: la laguna de Galingómez (o Galín Gómez), la laguna de la Nava y la garganta de los Caballeros.

Es uno de los pueblos de Gredos que han instalado un mirador estelar dentro del proyecto Cielos Oscuros.