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Navacarros

Una gran iglesia abierta a muchos pueblos

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A 7 kilómetros de Béjar y a 12 de la estación de esquí Sierra de Béjar-La Covatilla, la localidad de Navacarros cuenta hoy con apenas un centenar de vecinos. Guarda entre sus calles un gran pasado cuyo origen hay que buscarlo en el pueblo celta, del que no quedan apenas vestigios pero sí información en documentos históricos. De la época romana se conserva un antiguo camino que unía la localidad con la Vía de la Plata, mediante un ramal que pasaba por el pueblo. También los árabes dejaron su impronta aquí, donde hoy se pueden ver plantaciones espontáneas de té moruno, además de laureles y árboles frutales.

Aunque la primera iglesia del municipio se construyó probablemente en el siglo XIII, la actual, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y situada en la parte de abajo del pueblo, data del siglo XVII, puesto que la anterior se quemó. Del templo, construido en piedra, lo primero que llama la atención es su gran tamaño. Ello se debe a que durante mucho tiempo fue parroquia de cuatro pueblos: Palomares (hoy barrio de Béjar), Vallejera de Riofrío, La Hoya y Navacarros. De hecho, se pueden ver en la iglesia las diferentes puertas por las que entraban los vecinos de cada pueblo para asistir a los oficios religiosos. El templo, cuyo retablo mayor es del siglo XVIII y obra de Agustín Pérez Monroy, cuenta con dos coros y un órgano, además de varias pinturas, entre las que destaca el lienzo de ‘Las Bodas Místicas de Santa Catalina’, de la escuela borgoñesa. Cabe señalar que la parroquia cuenta con un antiguo libro, conocido como ‘El Libro Becerro’, que se empezó a escribir en 1729 por iniciativa del párroco de la época y que recoge información sobre la iglesia y el pueblo. Pero una de las mayores curiosidades en torno a esta iglesia recae en una figura que ya no está en ella: la imagen de la Asunción, que hoy en día luce en la Catedral de Plasencia y que tan solo se muestra a los fieles unos días al año. Esta imagen es de las pocas representaciones que existen de la Virgen dormida.

El otro edificio religioso importante que se mantiene en Navacarros hay que ir a buscarlo en la parte alta del municipio. Se trata de la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, de mediados del siglo XVII. De ella destaca el altar y la talla del Cristo, del siglo XVI. Además cuenta con una hornacina con ocho tablas que tienen relieves dorados que representan la Pasión.

Navacarros cuenta con dos puentes de origen romano. Uno en el camino hacia Vallejera, en el ramal de la calzada romana que atraviesa el pueblo, y el otro sobre el Arroyo del Oso, en dirección a Candelario. Además cabe señalar el gran número de caminos que invitan a descubrir el entorno, en plena Sierra de Béjar, incluyendo parte del GR-10.

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