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San Pablo de la Moraleja

El monasterio perdido de los Carmelitas

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Las crónicas sitúan a finales del siglo XIII la creación del primer Convento de San Pablo de la Moraleja, que reunió a un grupo de clérigos de la Orden de los Carmelitas en torno al arcediano Hernán Velázquez. Durante siglos, aquel monasterio primigenio contó con la protección de reyes y reinas, y a partir del siglo XVII pasó a las Carmelitas Descalzas. De aquella época de esplendor, cuando recibía peregrinos que veneraban la imagen de la Virgen de Soterraña –hoy expuesta en el Museo Diocesano de Valladolid–, solo queda en pie la fachada, una espadaña de dos cuerpos y algunos muros en ruinas que dan testimonio de la belleza de aquel monasterio. No se pudo conservar el claustro con jardín propio y un pozo, bodega subterránea y corral que se cree tuvo el convento, cuyos bienes fueron desamortizados en el siglo XIX.