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San Román de Hornija

Chanfainas y bodegas en territorio visigodo

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Cuentan las crónicas que el rey visigodo Chindasvinto ordenó a San Fructuoso levantar el Monasterio de San Román de Hornija, en el siglo VII, para ser allí enterrado junto a su esposa, Riciberga, y posteriormente sus tres hijos cuando fallecieran. Debió de ser una construcción de singular riqueza y belleza ornamental porque había sido ordenada directamente por uno de los reyes más temidos y poderosos de la época. Desafortunadamente, después del asedio y destrucción de Almanzor, apenas quedan restos de la construcción original, que pasó por sucesivas reformas: mozárabes en el siglo X, góticas en el siglo XIV y las últimas en el siglo XVIII. Además de este interesante pasado histórico, San Román de Hornija destaca también por las construcciones de bodegas-cueva en los alrededores, con vinos bajo Denominación de Origen de Toro, que marida con la gastronomía típica y su plato más conocido, las chanfainas.