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Sanchotello

Diez cruces y varios arroyos en pleno valle

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Once kilómetros al norte de Béjar, tras una serpenteante carretera, la localidad de Sanchotello surge en la parte sureste de la fosa del valle del río Sangusín. De hecho, por su término municipal pasan diferentes arroyos que alimentan las aguas del río que da nombre al valle, como el Arroyo de los Puentes los Molinos o el de Marisancho. Además, el municipio está protegido por la ladera norte de una serie de montes cercanos a la Sierra de Béjar, siendo el punto más alto el conocido como Piquitos.

Esta belleza natural se hace patente también en el agua que riega las fuentes y pilares del pueblo, como es el caso de la Fuente de la Plaza, la Fuente Lugar (cerca de la antigua vía del ferrocarril, en dirección a Béjar), o la Fuente Chorro, en la carretera hacia Ledrada. También se pueden encontrar espacios con agua en el paraje de Chorritos, a las afueras del pueblo, o en la zona conocida como Fuente del Barrero, dentro del núcleo urbano.

En cuanto a las construcciones de Sanchotello, la más destacable es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en un lateral del pueblo, aunque rodeada de casas. Este edificio data de 1698 y cuenta con un campanario de gran tamaño pero con poca altura y totalmente integrado con el resto del templo. En cuanto a la ermita, dedicada al Cristo del Humilladero, cabe destacar que también data de finales del siglo XVII y que en su interior cuenta con un retablo en el que se pueden encontrar hasta ocho ángeles. La ermita está situada a las afueras del municipio, junto al cementerio. Cabe señalar que, pese a tener poca población, Sanchotello cuenta con una importante cofradía, la de la Santa Vera Cruz, que celebra con fervor la Semana Santa realizando varias procesiones. El pueblo, además, cuenta con un grupo folclórico que anima todas las celebraciones.

Otro rasgo curiosos de Sanchotello, que alterna las construcciones tradicionales con casas más modernas, es que a lo largo de todo su núcleo urbano se pueden encontrar hasta diez cruces de piedra. Una de ellas, situada en lo más alto del pueblo, en la zona conocida como Peña de Los Frailes, sirve de escenario para realizar anualmente la bendición de campos por San Isidro.