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Santa Cruz de Mudela

Relajante aroma a tradición

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Este castaño pueblecito de origen íbero exhala tradición por todas partes con su esforzada romería de San Marcos, su luminosa Semana Santa, su colorido Carnaval en el que participan los tradicionales Polichinelas y sus mercadillos callejeros al estilo de siempre. Y dentro de esa tradición, cuenta con algo único: una Plaza de Toros ¡cuadrada!: la Plaza de Las Virtudes.

Vigilado desde un cerro por la íntima ermita de San Roque, el trazado de la localidad está lleno de viviendas blancas o color crema con techos de tejas. Más de algún niño se habrá entretenido correteando por sus curvas callejuelas de suelo adoquinado buscando cuál es ese edificio que sobresale al tejado de su casa y al de todos sus vecinos: la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de interés cultural. O puede que hayan oído hablar de los efectos ópticos que crea la bóveda de la iglesia de San José. Probablemente, se hayan cruzado con el palacio de Don Carlos Ortega, del siglo XVI y habrán tratado de palpar sus trabajados escudos o de acceder a sus bien cuidados patios y acogedora capilla. Pero Santa Cruz de Mudela no es solo historia o tradición, también es excelente para el relax y la belleza personal gracias al paradisiaco balneario Cervantes -con elegantes termas del siglo XIX-. Rodeada de castaños y ocres paisajes de secano en las lindes de Sierra Morena, Santa Cruz de Mudela invita además al senderismo recreando, por ejemplo, el camino de los soldados de la Batalla de las Navas de Tolosa hacia Jaén en los tiempos de la Reconquista.