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Soliedra

Desafiando la gravedad

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La pared de un castillo, inalterable al paso del tiempo, y, a su lado, una iglesia de buen tamaño. Es lo más destacable de cuanto alberga este pueblo de escasos habitantes y sonoro nombre, aunque no sea poco. El derruido castillo se remonta a la época califal, y está situado sobre una pequeña elevación de fácil acceso. A pesar de conservar solo uno de sus estrechos flancos, o quizá gracias a ello, resulta un escenario insólito, digno de fotografiar. Parece milagroso que, en medio de la ruina, conserve su verticalidad. Se cree que en las proximidades había una nutrida población musulmana, lo que hace pensar que la fortaleza ejerció en su día una función protectora de vital importancia para la comunidad. La cercana iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, templo románico, imprime dramatismo a la estampa. También por la zona discurrió una calzada romana, de la cual quedan algunos vestigios visibles en el pueblo.

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