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Soriguera

Pequeñas aldeas recio carácter pirenaico

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Cuando llega a Soriguera, el viajero tiene la sensación de descubrir los confines del Pirineo. En el límite oriental del Pallars Sobirà con el Alt Urgell, el termino municipal lo forman los núcleos de Soriguera y Vilamur. El primero se extiende en el margen derecho del río Cantó, encaramado a una vertiente que escalona sus calles y casas. En la cima, la Iglesia de Santa Eulàlia preside el inmenso paisaje del Pirineo de Sort.

A escasos tres kilómetros, la población de Vilamur se presenta a pie de la carretera N-260 como un gran mirador sobre el valle. Sus calles conservan el espíritu medieval de villa fortificada. La Iglesia Parroquial de la Mare de Déu de Medina, de origen románico, domina el paisaje. En su modesto entramado de callejones se encuentra la Capilla de la Mare de Déu del Roser, que fue convertida en lavadero público. El viaje por este Pirineo de entrevalles permite descubrir pequeñas joyas patrimoniales como el poblado ibérico de Santa Creu o la construcción megalítica de la Llosa del Comtat. El viaje por el termino municipal de Soriguera nos propone una parada en once aldeas de fuerte carácter pirenaico: Baro, Escós, Estac, Freixa, Mencui, Llagunes, Malmercat, Embonui, Puiforniu, Rubió y Tornafort. 

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