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Tresviso

Patrimonio natural

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Entre montañas se esconde Tresviso, en una hondanada, rodeado de paredes calizas y frondosa vegetación. Indeciso entre Asturias y Cantabria, pero decantándose al final por la cántabra comarca del Liébana, que lo tiene entre sus tesoros. El río Urdón se ha encargado de excavar allí una profunda garganta que se divisa desde el desfiladero de la Hermida. La Naturaleza y la actividad minera que por aquí se dio hace unos años se han encargado de diseñar una orografía casi imposible, pero que ha hecho posible preservar a este pequeño pueblo cántabro de las inclemencias del tiempo cronológico. Por eso la ganadería, que siempre fue su principal fuente de riqueza, sigue hoy siéndolo en dura competencia con el turismo. Lo que no se esconde aquí es el patrimonio natural. Está a la vista de todos y la entrada es gratuita. Porque son los macizos de los Picos de Europa, las cuevas, las majadas, los miradores –como el Balcón de Pilatos-, los ríos, los senderos.Y por cualquiera de los maravillosos senderos que nos oferta Tresviso ascenderemos.

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