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Yunquera de Henares

Campanas con nombre propio

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Está muy cerca de la capital Guadalajara, a tan solo 15 kilómetros. La esbelta figura de la torre de su iglesia se ve en el horizonte. En plena Campiña, en los caminos que conducen al norte de la provincia, Yunquera está entre las diez localidades con más población (2.921 habitantes). Ha sido escenario de asentamientos en el pasado: los cerros del Henares sirvieron para los poblados celtibéricos; por su parte, los romanos dejaron huellas en el lugar, ya que cerca pasaba la calzada que unía Augusta Emérita (Mérida) con Caesar Augusta (Zaragoza). El esplendor vino en el renacimiento y siempre de la mano de la familia Mendoza, en concreto, con el marqués de Santillana (Íñigo López de Mendoza).

Más adelante, la construcción del Canal del Henares (1863-1866) y el paso del ferrocarril a Zaragoza y Barcelona fueron detonantes de una prosperidad para el pueblo, como lo fue también su producción agrícola. Merece la pena visitar la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida entre el siglo XVI  y XVII, con su esbelta torre de afilado remate y sus cuatro campanas con nombre propio: Paño (o también Grande), Serrana, Tabera (o de la virgen) y Relojera. La otra parada, casi obligada, es en su plaza Mayor, donde se halla el Palacio de los Mendoza, renacentista de mediados del XVI, con corredores y columnas con el escudo de armas de la familia.

Tres ermitas completan la arquitectura religiosa del municipio: la de la Soledad, San Isidro Labrador y la de la patrona Nuestra Señora de la Granja, con capilla mayor de 1701 y el resto restaurado.