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El barrio de Almika

Bermeo, Bizkaia/Vizcaya

Mientras subimos la cuesta que conduce desde el casco de Bermeo a Almika alguien nos cuenta que por este barrio pasaba la antigua calzada a Bilbao. Con ese dato en la cabeza, no cuesta imaginar cómo debían de ser los pensamientos del caminante que recorría esa distancia. Algo melancólicos, suponemos, porque basta con volver la cabeza para ver aún bajo nuestros pies los tejados anaranjados del pueblo. Y, de telón de fondo, el mar Cantábrico marcando una línea recta en el horizonte. Sí, puede que duela un poco dejarlo atrás, pero no es menos cierto que, conforme ascendemos, el paisaje se va volviendo más tentador. Cada curva de la carretera nos reserva una sorpresa: verdes colinas que surgen aquí y allá; un frondoso bosque que se adivina en la lejanía... Y así, cuando llegamos al núcleo de caseríos que forman Almika, ya no echamos de menos nada, porque este amplio barrio, que se extiende desde Erreñezubi hasta Urkamendi, nos ha conquistado, como antes hizo con tantos y tantos viajeros. Y decidimos que merece una parada tranquila, visitando las dos construcciones religiosas que atesora: la iglesia de Nuestra Señora de Almika y la ermita del Ángel de la Guarda. Y, si tenemos la suerte de coincidir con sus más que animadas fiestas locales, unirnos a ellas como un bermeotarra más. Porque hay que saber disfrutar de las sorpresas del camino.

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