Colegiata Santa María de Cluny

Villafranca del Bierzo, León

Qué ver

Ascensión berciana en una monumental ‘catedral’ rodeada de belleza. La colegiata de Santa María se impone frente a Villafranca gobernando los aspectos más litúrgicos de esta villa. Su principal labor fue, hace siglos, el cuidado de las tradiciones y de los peregrinos que viajaban hasta Santiago, como confirman sus propios cimientos. En su lugar, anteriormente existía un antiguo monasterio de la Orden de Cluny del siglo XII, con una hospedería propia que atendía a los devotos caminantes franceses de Santiago. Su decadencia con el tiempo consiguió que el marqués de Villafranca decidiera en el siglo XVI construir uno de los edificios más importantes del patrimonio monumental de la villa. Actualmente, ya no socorre a los peregrinos, pero es un icono de la belleza dado que conjunta todos los estilos -gótico tardío, renacentista y barroco-, como si le diera igual qué ponerse, todo le sienta bien a la colegiata de Santa María. La piedra recorre todos sus muros mientras exhibe unas espectaculares bóvedas con cúpula de pizarra. Flanqueada por los montes y con los jardines de la Alameda a sus pies, parece un palacio. Sin embargo, el interior la descubre como iglesia, con preciosos retablos como el de la capilla de la Santísima Trinidad -uno de los más bellos del Bierzo- o el de la Asunción a la Virgen; la sillería del coro un ejemplo del rococó o las muestras de pintura y escultura religiosa. Allí el Bierzo se deshace en devoción configurando un palacio que ahora gobierna la belleza de Villafranca: La colegiata de Santa María, toda una ‘catedral’ declarada bien de interés cultural.