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Convento de San Francisco

Fermoselle, Zamora

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Sobre las ruinas de un templo románico, y en medio de un idílico entorno natural, se levanta vigilante el Convento de San Francisco. De una sola nave, sus imponentes muros, construidos en sillería, destacan por encima del verde. Unos muros que guardan un sinfín de enigmas correspondientes a sus antiguos moradores: los monjes de los Descalzos; viajeros sin apenas posesiones materiales que transitaban por diferentes lugares con la humildad como bandera. Sus estancias se encuentran formando una especie de 'U' alrededor de un edificio central. Varios arcos de medio punto adornan su claustro de escasas dimensiones y en cuyas proximidades se encuentra un patio descubierto. Emplazamiento que alberga la que para muchos es la figura más apreciada de la villa: el Cristo de Santa Coloma. Veterano y de nacimiento inconcluso, se estima que se creó entre los siglos IX y XI, reposa sosegado para tranquilidad de los fermosellanos, que no pueden estar más orgullosos de él.

Localización

C/San Juan, 89. Fermoselle, Zamora