Compartir

{{title}}
{{buttonText}}

Monasterio de San Pedro de Dueñas

Sahagún, León

El bien y el mal, la muerte y la resurrección, los monstruos frente a los animales reales. Los capiteles del monasterio de San Pedro de Dueñas hablan y nos cuentan su historia a través de la voz visual del silencio. En esa observación, cada uno interpretará la contraposición más absoluta de una manera distinta. Para experimentarlo, es necesario surcar los caminos hacia un lugar apartado a las afueras de Sahagún. Escondido, el imponente monumento descansa en la inmensidad de la planicie al abrigo de pequeñas lomas. En el albor de los siglos X y XI, los canteros usaron el mudéjar para crear una compacta obra que maravilla a cualquiera que lo contemple. Precisamente, emplearon la piedra y el ladrillo para crear esta simbiosis mágica. Su labor fue sublime tanto en los ábsides como en su robusta torre. Sin duda, esta última es más sencilla que las del conjunto de iglesias de Sahagún. A continuación, pasamos al luminoso interior. Perfección, armonía y recogimiento. A cada paso, sentimos estas sensaciones, sobre todo, gracias al hechizo que desprenden los bellos capiteles, que son un capítulo aparte. Entre tanta magia, a uno le queda relajar la mirada en el Cristo Crucificado. Después de tanto viaje, nos damos cuenta de que el monasterio de San Pedro de Dueñas contrapone la antítesis para crear su propio sentido de vida.

Información de contacto