Museo Maricel

Sitges, Barcelona

Qué ver

Resulta difícil imaginar lo que esconden estas dos casas. La calle Fonollar se encuentra en medio de un paraíso modernista en el casco histórico de Sitges, conocido como el Racó de la Calma. Este pequeño templo, enmarcado por el museo Maricel y el palacio del mismo nombre, esconden el corazón de Sitges en su interior. Y es que, aunque parezca increíble, en esta calle de casas blancas late el arte por los cuatros costados. Al lado de Cau Ferrat, cuna del inicio de la innovación cultural en Sitges gracias al legado de Santiago Rusiñol, se extiende Can Mora, otra preciosa casa modernista que, con su fachada de estuco blanco, llama la atención del que pasa por debajo, con esa apariencia de casita de chocolate y que separa el museo Maricel y Cau Ferrat. Una vez hemos identificado los edificios, lo más conveniente es adentrarnos en su interior. Lo que vamos a descubrir en Maricel no es solo un recorrido por más de 3.000 piezas de la más diversa procedencia; entre murales románicos, tallas y retablos renacentistas o esculturas modernistas, sino que en su mirador podremos observar unas vistas excepcionales del mar en la que las esculturas parecen estar levitando. Y es que aquí la imaginación nos está engañando cuando encontramos parte de este museo excavado en el acantilado donde rompen las olas del Mediterráneo. Aunque las sorpresas no se acaban aquí. A lomos de un pequeño puente que tendremos que pasar se haya el museo mismo hecho palacio. Uno que tendremos que asegurarnos de poder visitar concertando una visita, y en el que podremos disfrutar también de una balconada privada con preciosas vistas a la bahía de Sitges.