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Entre viaje y viaje a Italia, donde está grabando su último disco que tiene previsto lanzar en otoño, La Prohibida hace su particular ruta por Lavapiés, el barrio más multicultural y colorista de la capital, cuyas calles celebran el Orgullo Gay con más humildad pero con tanto entusiasmo como las organizadas en el Centro capitalino.
La Prohibida colabora con Orgullo Periférico y Orgullo Crítico, entidades sin ánimo de lucro que, cada año, organizan actividades en pro de los derechos LGTBI en Vallecas, Villaverde o Carabanchel. "La base del Orgullo es la aceptación de la diversidad, no solo de LGTBI sino también de inmigrantes o de mujeres. Me gustaría que no solo nosotros fuéramos la única causa. Me parece genial que el Orgullo se extienda a otras zonas. Lo importante es que la gente sepa el porqué se hace este evento. No es solo leer el pregón y a consumir como locos, no, es también dar a conocer todo lo que hay detrás".
Lavapiés es un barrio del que La Prohibida habla desde el corazón: "Me maravilla la convivencia que hay aquí. Hay múltiples confesiones religiosas, razas, nacionalidades… diferentes tipos de personas viviendo en armonía. Cuando llegas aquí te sientes a gusto e invito a todos a que lo descubran".
"Me encanta porque es un mercado moderno. Tiene de todo. No solo puedes venir a hacer la compra diariamente sino que también es un lugar de reunión donde tomar algo. Suelo desayunar en 'La Pistola', un puesto donde además de cafés e infusiones hay empanadas, brioches o tartas caseras. 'El Guaje de Lavapiés' es otro de los lugares perfectos para tomar un refrigerio dentro de la plaza. Y para comer o cenar soy asidua clienta de 'Hamburg', local dedicado a la cocina alemana que tiene una estupenda hamburguesa con frikadellen".
"Su toldo, con los colores del arcoíris, es muy representativo y, además, tiene una estupenda y animada terraza donde te encuentras desde gente del barrio hasta turistas. Se puede desayunar, comer, merendar o cenar, porque su carta es muy completa y está bien de precio. Hay tostas de revuelto de morcilla o vegetal a la plancha, sándwiches de solomillo de cerdo o de calamares con alioli, pinchos variados, hamburguesas, ensaladas de salmón… Además, me queda a un paso de uno de mis sitios culturales favoritos del barrio: 'La Tabacalera'".
"Aquí vengo casi todos los días. No solo cuando inauguran alguna exposición. Las últimas que he visto son las de la fotógrafa Isabel Muñoz y el proyecto de Ramón Mateos, R de Resistencia o la vergüenza de ser hombre. No solo me interesan las exhibiciones, también suelo apuntarme a muchos de los talleres que programan y a las actividades (cine, coloquios, instalaciones…) de temática LGTBI que organizan durante todo el año".
"El Orgullo es una fiesta de calle y es ahí donde mejor se vive y se disfruta. Como epicentro del barrio, la plaza es de parada obligada durante estos días porque, en esencia, las fiestas del Orgullo no dejan de ser un festejo popular tipo las Fallas o la Feria de Málaga. Además, en ella se sitúa el Centro Dramático Nacional por lo que es perfecto si se quiere hacer una paradita cultural".
"De la plaza de Lavapiés sale la calle Argumosa, una de las arterias con más vida del barrio. Está plagada de tiendas, bares y restaurantes. Los vecinos solemos recorrerla de arriba abajo para darnos un paseíto y saludarnos ¡Es la terraza del barrio!".
"Aquí te tropiezas con gente joven de todas las nacionalidades buscando cocina casera a precios asequibles. Es un local de los de toda la vida, con una terraza abierta durante todo el año y un menú del día por 9 euros (si te sientas fuera es un euro más caro), con varios primeros (paella de verduras, gazpacho…) o segundos (chuletas de cordero, merluza en salsa verde…) a elegir. Aunque si se prefiere el picoteo, también hay opciones clásicas como patatas bravas, calamares, cazón a la gaditana… y otras más exóticas como hummus con calabacín en tempura, fajitas de ternera con guacamole o crujiente de queso de cabra con lombarda caramelizada".
"Este parque urbano está autogestionado por los propios vecinos y vengo tanto en verano como en invierno. Cuando entro parece que la ciudad se para. Es bonito, fresco, agradable, huele súper bien y puedes sentarte ahí un rato a relajarte, a leer o a charlar con amigos. Además, celebran talleres para adultos y niños".