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Bosque de Herrerías

El Escorial, Madrid

Robles, fresnos y árboles ornamentados se unen para custodiar la silla de Felipe II, la elevadísima atalaya de granito a la que se encaramaba el monarca para vigilar el progreso de las obras del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Bienvenidos, pues, a un bosque exuberante que rebosa densidad vegetal, donde la naturaleza es un gigante sin control y, curiosamente, es también la misma que escuchó las exhalaciones de impaciencia del rey. Un paraje donde el otoño es recibido según qué helecho o avellano o ciruelo o arce o saúco o... Infinidad de tonalidades para una infinidad de árboles. Falsos castaños y plátanos suman su plastificada sombra al camino de dehesas y a la enorme sombra de los árboles autóctonos, mientras el sendero desciende suavemente y pasea ante una valla de un campo de golf, una herrería, un área recreativa, la Fuente de la Prosperidad, bloques de granito y afloramientos rocosos, entre muchas cosas más; se funde con el puente de piedra que cruza el arrollo del Batán y más tarde el río Aulencia, se bifurca en varios cruces, para desembocar finalmente en la ermita de la Virgen de Gracia y a los pies de las cortas escaleras que ascienden a lo alto de la famosa Silla de Felipe II.
Es también recomendable visitar el Pico de las Machotas.

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