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Isla Grosa

San Javier, Murcia

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Al grito de ¡tierraa la vista! Nos disponemos a conquistar la Isla Grosa, pero antes de llegar, un pequeño peñón se convierte en la peor trampa con la que nuestro barco pirata se podía encontrar. Ni la destreza de mis 100 marineros sirvió para achicar el agua que sepulta nuestro tesoro. Esta isla, situada en mar abierto fuera de la protección del Mar Menor, es la culpable de que números pecios con grandes tesoros descansen en el fondo de sus inmediaciones, ya que un casi invisible trozo de roca, denominado "bajo de la campana", que se encuentra a pocos metros de la superficie, provocaba el choque de los navíos. 

Su origen volcánico está latente por los toboganes de lava que se formaron en su cara sur y por su escarpada orografía. Cuenta con singulares especies florales, como las sosas o la espina santa, y destaca por sus colonias de aves, como la gaviota de Audouin, el cormorán moñudo o el paíño europeo, delicias gastronómicas para el halcón peregrino, que de vez en cuando se deja caer por este lugar. Para disfrutar de sus tesoros no hace falta un equipo de buceo, ya que todos se encuentran en el museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena. Allí podréis contemplar, entre otros bienes preciados, algunas manufacturas púnicas, varios colmillos de elefante africano con inscripciones fenicias y los restos de una carga de lingotes de estaño y plomo.
 

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Isla Grosa