Pinar del Rey

San Roque, Cádiz

Qué ver

Los orígenes de este paraje natural se remontan a principios del s. XIX, cuando la Marina española plantaba árboles con el único fin de que la madera sirviera en la construcción de barcos de guerra. Por aquel entonces, nuestro país era la primera potencia naval del mundo, pero perdió su supremacía frente a los ingleses en la batalla de Trafalgar. Y, afortunadamente, ganó la naturaleza. Fue Fernando IV quien cedió el monte para su conservación.
De este campo natural se puede disfrutar en cualquier época del año y en cualquier momento del día, puesto que el acceso es gratuito y la belleza que contiene, reconforta. Justo a la entrada del Pinar del Rey se encuentra la Fuente de La Alhaja, cuyas aguas naturales de gran calidad sirven a vecinos sanroqueños o a viajeros que llegan dispuestos a saborear su fresca exquisitez, para llenar botellas y cantimploras durante el paseo o para disfrutarla una vez instalados en la comodidad sus hogares.
En la zona sur se concentran espacios de recreo para meriendas y barbacoa, cerca del Arroyo Alhaja. También hay un Aula de Interpretación de la Naturaleza, con un jardín botánico que muestra la flora de la zona y un punto de información para descubrir las rutas y senderos que seguir por este paraje, bien sea caminando o en bicicleta, pues hay trazados habilitados para ello. A la zona norte está prohibido subir con vehículos de motor y se pueden combinar senderismo y ascenso de dificultad media para subir al Tajo del Pajarraco o al Cerro del Águila. Durante la subida al Tajo nos pueden sorprender restos de fósiles marinos incrustados en las rocas, ya que, hace millones de años, los terrenos de El Pinar estaban cubiertos por el mar. Sobrevolando el paisaje, puede cruzarnos el vuelo del buitre leonado, una de las rapaces protegidas más bellas que todavía existe. Recomendable es ir con prismáticos, para no perdernos detalle.