Fiestas de Nuestra Señora y San Roque

Peñafiel, Valladolid

A las nueve y media, los corrales del Valdobar abren puntualmente sus puertas, después de que el chupinazo de la señal. Los novillos abandonan sus encierros y corren, sin parar, atravesando sin dudar el puente y compartiendo trayecto con cientos de corredores que se esmeran en salvar la Curva de Don Juan Manuel para acceder, desde un estrecho callejón, a la Plaza del Coso.
Una vez sanos y salvos, los veloces participantes deciden volver a tentar a la suerte en las capeas que se realizan después del encierro. Tienen la peculiaridad de que los novillos corren, a la vez, a lo largo del exterior y del interior del coso taurino, dando lugar a un espectáculo único en el mundo.
Los festejos son precedidos por el Chúndara, un colorista desfile que aprovecha el acompañamiento de la Banda Municipal para entonar el pasodoble de “La Entrada”, que adquiere casi la consideración de himno durante estos días. La meta es la Plaza del Coso, y los atrevidos caminantes que desafían al calor de agosto son recompensados por los peñafielenses, que les arrojan, desde sus balcones, cubos de agua para que se refresquen. La hospitalidad castellana recibe su reconocimiento, año tras año, por parte de los espectadores de esta fiesta de interés regional, que ya pueden contarse por miles.