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Alameda del Valle

Reino natural de las setas

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Setas. Muchas. De diferentes tamaños y colores. Año tras año, este paraíso del hongo que es Alameda del Valle aparece en los rankings de los mejores lugares para recoger estos vegetales. Perrechicos, capuchinas, champiñones, pie azul… La oferta es tan variada que hasta podemos toparnos con alguna especie tóxica si no vamos con cuidado. Para evitar el peligro, lo mejor es acercarse al pueblo y sentarse a disfrutarlas ya cocinadas y como guarnición de la sabrosa carne de esta zona o combinadas con conejo, una especialidad de esta localidad tan ligada a la ganadería y agricultura que hasta tiene un monumento dedicado al hombre del campo, muy cercana de la iglesia de Santa Marina, tan bonita que no necesita ninguna excusa para ser visitada.

Pero, sin duda, para entender mejor la historia y la esencia del lugar, lo ideal es acercarse hasta el Centro de Interpretación de la Vida Tradicional, en las antiguas eras, donde además de empaparnos del alma de la villa, enclavada en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, podremos contemplar una de las mejores vistas de Peñalara. Una llamada de la montaña que casi obliga a acercarse aún más a ella. Un buen modo de hacerlo es seguir la Ruta de la Majada del Cojo. Antes de llegar al refugio de montaña que lleva ese nombre conviene desviarse un poco para visitar la ermita de Santa Ana, del s. XVIII, y desde la que se obtienen unas vistas magníficas del valle.

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