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Sabor a sierra
La mejor manera de conocer Almadén de la Plata es perderse en el municipio. Extraviarse por la Naturaleza mágica del parque natural de la Sierra Norte de Sevilla. Las aves observan al visitante que se adentra en el centro de visitantes de El Berrocal porque quieren saber nuestros planes. Estos pueden pasar por admirar la Cuesta del Chorro, una especie de garganta en la que el arroyo Calzadilla crea una cascada, contemplar el misticismo de las estrellas en un cielo de cristal o recorrer las múltiples sendas hasta el corazón de la vida. Cuando concluyamos la visita natural nos aguarda el pueblo que se envuelve de una atmósfera serrana. El aroma a jamón y chacinas se respira en cada calle, no solo en marzo durante su Feria del Jamón. Varias lascas pueden ser una buena tapa para posteriormente degustar platos de caza como el venado. El festín se puede rematar con un hornazo melojero como postre. Tras reposar la comida, el núcleo de la villa espera la visita. En la plaza de la Constitución se respira fe en la iglesia de Santa María de Gracia y tradición en los restos del castillo, hoy convertido en Ayuntamiento. Aún, queda otro secreto. Siguiendo una de sus arterias se llega a la plaza del Reloj. Coronada por un nido de cigüeñas, el monumento de estilo neo-mudéjar se eleva como si fuera el gran faro de la villa. Allí, entendemos que Almadén de la Plata conquista por la vista y, sobre todo, por su sabor.