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Almonacid de la Cuba

El legado de Roma en el campo aragonés

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En la ladera de un cerro, a orillas del río Agua Viva, encontramos el pintoresco pueblo de Almonacid de la Cuba. Su historia es milenaria, como demuestra la Presa Romana de la Cuba. Este tesoro hidráulico fue construido en el siglo I, durante la época de Augusto y Trajano, y es un monumento imprescindible para conocer mejor la antigua Hispania. Con casi 34 metros de altura, es una de las presas más elevadas del Imperio Romano y aún hoy se utiliza como azud. Recorrer las callejas estrechas y curvilíneas del casco urbano de Almonacid de la Cuba es como retroceder, de alguna manera, al pasado musulmán de la localidad, también presente en los restos de la Fortaleza de la Torre del Moro. De entre su patrimonio arquitectónico sobresalen varias casas solariegas y la Iglesia de Santa María, un templo gótico-mudéjar del siglo XVI con elementos barrocos añadidos en una reforma posterior. Dos peirones, un molino harinero y la ermita barroca de la Virgen de los Dolores completan los elementos de interés de un pueblo que nos atrapa por su paisaje de contrastes entre las calizas blancas del entorno y la vegetación que surge alrededor del río.

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