La tribu se mantuvo en la villa burgalesa hasta la llegada de los romanos. Está situada al sur de Burgos, en la comarca de la sierra de la Demanda y cuenta con numerosos atractivos turísticos, la mayoría religiosos: la ermita de San Roque, la del Carrascal –se cuenta que un pastor, cuya vaca se recuperó de una enfermedad de forma milagrosa, encontró la talla del santo en el monte y la estatua permanece actualmente bajo la ermita–, la de San Bartolomé y la de Veracruz. Además, la actual iglesia visigoda del siglo XVI se construyó sobre una antigua iglesia rupestre y muestra del origen de Canicosa es la estela que se sitúa sobre la antigua entrada a la misma, que representa a un guerrero.