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Crecente

Mirando al Miño con albariño

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Al sur de Pontevedra, encajonado entre Ourense y el río Miño, frontera natural con la provincia ourensana y el vecino portugués de Melgaço. Montañoso al norte y enmarcado por el afamado río al sur y al este. Hay varios miradores: Coto da Cruz, O Cruceiriño y el del alto de Guillade. En cuanto al patrimonio, castillo de Fornelos, del que se conserva la torre del homenaje y restos del foso y la muralla (aquí Pedro Madruga tuvo preso al obispo de Tui), la iglesia de San Pedro y la ermita de la Virgen del Camino con su romería. Y los pazos da Fraga y Barreiro, y los restos del monasterio benedictino de Albeos.

Para gozar del Miño existe una ruta de senderismo circular (Mirando al Miño, lema turístico del municipio) de 9,5 kilómetros. Parte del trazado recorre el Camiño Real o Vereda Pública, antigua vía de comunicación entre los reinos de Galicia y Castilla. Otra ruta, la de Vilar, permite el baño en la playa fluvial de Mandelas o en el Pozo do Inferno. Acoge las bodegas Marqués de Vizhoja, Valtea y Morgadío, para degustar el albariño con denominación de origen Rías Baixas.

Según la tradición, los habitantes antiguos adoraban a la luna, a la cual rendían culto desde el alto de Couto da Cruz en los días de luna llena y cuarto crecente, de donde saldría el topónimo del municipio. Ya sea por tradición o por proximidad fonética, la luna creciente aparece reflejada en el escudo del municipio, que se completa con la representación de dos llaves, en referencia a la advocación del municipio a San Pedro

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