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Cuntis

Referente del termalismo

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Aunque en Cuntis hay más de una decena de castros encaramados en promontorios como si se mantuvieran vigilantes los unos con los otros, el más importante poblado fortificado es el de Castrolandín, visitable y en fase de excavación. A tan solo un kilómetro del núcleo urbano, este castro es un magnífico mirador del valle y conserva la estructura de una población amurallada de la Edad de Hierro.

Pero lo que ha hecho célebre a Cuntis son sus aguas termales y mineromedicinales, empleadas contra el reuma, enfermedades respiratorias y problemas de piel. Este tesoro natural ha convertido a la villa en referente entre los balnearios gallegos. Cerca de las instalaciones para los baños y de los alojamientos privados que nacieron para darle servicio, se encuentran varios edificios seculares que ennoblecen la localidad y una sucesión de fuentes de agua calda o 'burgas' que alcanzan desde los 18º a los 59º C. Este último caso es el de una fuente de nombre tan evocador como Lume de Deus (Fuego de Dios), en la plaza de Galicia.

En arquitectura, el Convento de las Madres Benedictinas, la iglesia de Santa María dos Baños y el Hospitalillo son algunos de los elementos singulares de un conjunto histórico enhebrado de jardines, plazas y arboledas. Además, en sus alrededores Cuntis posee varias 'carballeiras' o robledales centenarios, y parques tan singulares como el de Maráns con el imponente monumento al sagrado corazón, del escultor Asorey, sobre una ladera que se asciende a través de un centenar de escalones. Otro elemento que forma parte del alma de Cuntis es el paseo fluvial del río Gallo con sus puentes, sus lavaderos y sus señoriales ejemplares de árboles autóctonos y foráneos.

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