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El Boalo y sus otros dos núcleos de población, Cerceda y Mataelpino, cuentan con unas vistas privilegiadas de la cordillera, que se aprecia desde cualquiera de ellos. El templo más llamativo es la iglesia de Santa María la Blanca, con una torre visible desde gran parte de las calles que la rodean y la plaza pública, donde se ubica. La apariencia exterior va conforme a la belleza interior y el retablo bajo techumbre de madera que lo abarca. La iglesia de San Sebastián Mártir es también significativa, por esa espadaña en dos mitades que la componen y con las numerosas remodelaciones que ha vivido mantiene un buen aspecto, a pesar del paso del tiempo
Para los que vengan huyendo del ruido de la ciudad hay un balneario con unas increíbles vistas de los alrededores, donde cualquiera puede disfrutar del circuito termal, mientras afuera arrecia el frío. También hay saunas y baños turcos, en unos 2 kilómetros cuadrados dedicados al descanso y disfrute.
El Boalo es lugar de productos artesanos y autóctonos, como la carne de vacuno, de gran calidad y con denominación de origen Sierra del Guadarrama, y la cerveza ecológica, cuya fábrica ofrece visitas para conocer los secretos de su elaboración. La gastronomía local se exhibe todos los años en la Feria de la Cuchara, un mar de tapas calentitas a módico precio.
Para los deportistas, El Boalo celebra la carrera Cruzapedriza, con tres modalidades de trazado, en el que el primero, de unos nueve kilómetros de distancia, es ideal para recorrer los valles y cimas de la zona con la familia o amigos.

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