{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Laguardia

Vetustas piedras al vino

Compartir

Para describir esta villa bastan dos palabras: piedra y viñedos. Y aún sabiendo esto y que se trata de la capital de la Rioja Alavesa, el abrigo de campos de uvas que rodean sus brazos de murallas de piedra del siglo XII es un espectáculo digno de ser Bien de Interés Cultural que no dejará de sorprendernos.

Nada más cruzar una de sus cinco puertas, se puede contemplar su abundante patrimonio. Por las angostas calles cuajadas nos reciben casas palaciegas, mientras al norte nos espera la Iglesia de Santa María de los Reyes, vigilada por la defensiva torre Abacial, y al sur aguarda la Iglesia de San Juan. Por el centro, nuestros pasos nos llevan a la Plaza Mayor, en la que hay dos edificios consistoriales: el antiguo con el escudo imperial de Carlos V y el nuevo con un reloj de carrillón típico vasco, del que salen unos curiosos autómatas a bailar. Otra de las plazas interesantes es la de los Capuchinos, la que un día fue judería y actualmente nos pemite descubrir el Estanque Celtibérico de la Barbacana, la mayor cisterna de la Edad de Hierro de Europa. Por último, en la plaza del Gaitero nos sentimos identificados con el exquisito conjunto escultórico Viajeros, que consta de maletas y zapatos de bronce en homenaje al que parte. 

Y como intramuros no sólo manda la roca, en la superficie hay una gran oferta de restaurantes, bares y tabernas donde degustar sus caldos denominación de origen, mientras que el subsuelo está plagado de bodegas que son parada obligatoria de la ruta del Vino de Rioja Alavesa, así como el Centro temático del Vino Villa Lucía. Extramuros nos encontramos con el delicioso paseo del Collado, siempre verde y rodeado de hectáreas de viñedos y bodegas como las Ysios, diseñadas por el arquitecto Santiago Calatrava. Y todavía hay hueco para maravillas arqueológicas y naturales como el poblado prehistórico de La Hoya, su conjunto de dólmenes y tres humedales protegidos, las lagunas y el embalse del Prao.

Contacto